Una madre que debe encontrar su lugar seguro para parir. Quizá en la soledad más absoluta o acompañada de otros mamíferos o de quien ella escogió. Una madre que se deja llevar, en un momento en que hormonas, cuerpo, instinto y cerebro se unen, habitualmente para dejar alguno atrás y centrarse solo en sentir, en dar vida. Una madre que se desconecta del mundo para abrir paso a su bebé. Miradas de enamoramiento y enganche que se cruzan, gestos que marcan, palabras dichas entre susurros, ojos vigilantes centrados en un bebé del que se convierte en protectora. Madre y criatura que se acoplan, se tocan, se conocen, se acarician. Madre que siente cuando su bebé necesita comer, bailar, escuchar, descansar,…
Son muchas madres y muchos partos ya los que emulan algo así. Demasiado todavía los que pintan otras imágenes. Michel Odent imaginaba algo así de la Navidad, ¿por qué no?
Para quien celebre hoy la fiesta o para quien no lo haga, no importa quien crea en la historia o vea una leyenda, yo encuentro una buena noticia en personas centradas en las personas, en responder a las necesidades de sus criaturas. Es una buena noticia un deseo de Paz. Es una buena noticia el deseo de compartir y encontrase en familia. Son buenas noticias.
Y teniendo por delante un nuevo año como el que se presenta, bienvenidas las buenas noticias.
Por un montón de deseos y por tanto proyectos que cumplir: más trabajo para permitir crecer, ser útil y vivir; más respeto a los derechos básicos de las personas, de los niños, de los trabajadores; más comunicación en las familias, padres, madres, acogedores, adultos que sepan saltar las olas con niños y adolescentes; más justicia en el disfrute de los recursos, derecho de todos; más respeto a la diversidad, más amistad para encontrarnos y acompañarnos; más deseos de ser familia para quien la necesita para crecer; más esfuerzos por construir familia aunque no vivamos en la misma casa; más justicia, sí ya lo he dicho, pero es que se necesita más; más respeto para las mujeres pariendo, dando vida; más respeto para padres y madres mirándose en los ojos de sus bebés recién nacidos, sin incordios, piel con piel; más comprensión para las adolescentes, para sus ideas, sus lloros y sus risas, sus momentos y sus locuras; más escucha, más respeto a lo que peques y no tan peques dicen y a lo que callan, a lo que protestan y a lo que proponen; más justicia para el Sur, para el lejano y para el de nuestros barrios; más salud, más investigación, más recursos para la lucha contra el cáncer y otras enfermedades; más oportunidades, más emprendimiento, más creatividad en el día a día; más tolerancia para los que son diferentes; más protección; más paz; más manos dispuestas a cambiar el mundo… más y más deseos.
Puedes añadir tú los tuyos. Aquí están mis deseos para el nuevo año.
Pincha en el enlace de Feliz Navidad y busca tu palabra: ¡Feliz Navidad!
¿Y tú qué opinas? Deja tu comentario.