Soy de esas personas del mundo no mágico que ha tenido el placer de aprender de magia desde hace un montonazo de tiempo, era octubre del 99 (sí, todavía en el siglo pasado), leía en la prensa que se publicaba en castellano la segunda novela en la que el protagonista era un niño maltratado por sus tíos con los que se había criado y que había descubierto a los 11 años que en realidad era mago.
No fue la magia lo que me llamó la atención, sino el acogimiento que describía y una situación de desprotección infantil, motivo suficiente para que yo quisiera leer las dos primeras novelas… es decir, por motivos de trabajo. Estas son las cosas que me pasan a mí en las librerías, en las bibliotecas y en internet… que encuentro motivos de trabajo en una cantidad inmensa de libros, cuentos, ebooks, cursos…
Así que aquel mismo día saqué de la biblioteca Harry Potter y la piedra filosofal.
Hoy guardo mis propios ejemplares de la saga y en versiones diferentes, claro. Pero eso es otra historia.
Arresto momentum, ese es uno de los hechizos que Dumbledore me enseñó y que yo quiero utilizar esta Navidad. No sé si necesita presentación uno de los más grandes magos de la historia, pero si lo precisas, te recomiendo leer, aunque cada uno decide en la vida si quiere seguir siendo muggle o no, faltaría más…
Arresto momentum es de los hechizos que trato de mostrar en los talleres para familias, aunque allí suelo ir disfrazada de muggle y utilizo otros nombres para el hechizo (llamemoslo herramienta)
Arresto momentum, para detener el momento, ralentizarlo… pensad si es útil para padres lanzados a reñir o a castigar la conducta de su peque; para madres desesperadas con los gritos de casa y las reacciones de su adolescente favorito; para personas cansadas que reaccionamos demasiado inmediatamente como si todo lo que hacen nuestros hijos e hijas estuviese especialmente pensado para fastidiarnos. Me encanta este hechizo que genera responsabilidad en las personas adultas, tiempo de reflexión para nuestras reacciones…
Para mí Navidad es de esos tiempos propicios también para un arresto momentum.
- Puedes tomarte unos minutos (o unas horas) para enviar buenos deseos a un montón de gente que ves a lo largo del año o incluso aquella con la que solo te encuentras puntualmente. A mí eso de lanzar buenos deseos por el mundo me parece mágico.
- Haces un pequeño o gran parón en tus actividades (aquí el tiempo depende de tu trabajo, de tus circunstancias o incluso de la Administración), y disfrutas de unas horas o de unos días con otras personas o con la familia a la que no puedes ver a menudo (ya sé que también puedes hartarte, pero para eso hay otros encantamientos útiles pero no sería muy ético usarlo en las comidas familiares, así que es mejor marcarse un obliviate y olvidar el tema).
- Yo he hecho otro arresto momentum conmigo misma y he estado reflexionando sobre un tetris que he dibujado: cada una se reúne con quien quiere y el tetris ha sido mi disculpa de este año para reunirme conmigo misma…(gracias a Rosa y a la mentalidad de incomodidad)
- Y sería feliz si pudiera lanzar un arresto momentum en Gaza, en Ucrania, en Afganistán, en Yemen o en la casa de muchas personas en España, por citar algún conflicto en activo. Ojalá bastara. Ojalá fuera cosa de hechizos y un finite devolviera paz y cordura a tantas y tantas personas…
Así que en esta Navidad yo pido mucha más MAGIA, más CREATIVIDAD para resolver los conflictos, más SERENIDAD para seguir para adelante ante lo inevitable de una enfermedad o de lo que no está en nuestras manos, más GENEROSIDAD, más TOLERANCIA, más RESPETO hacia los que piensan distinto, sienten distinto o se comportan distinto. Más OJOS ILUSIONANTES como los de los niños y niñas en estos días, más sentido de la JUSTICIA y más EQUIDAD, más SENSATEZ en los gobernantes; más SABIDURÍA (y GANAS DE SEGUIR APRENDIENDO) a los profesionales cualquiera que sea su campo: en las intervenciones en un parto o en las clases de colegios, institutos y Universidad, en los despachos y en el acompañamiento a las familias. Por pedir que no quede, también quiero seguir contagiándome de la REBELDÍA de algunas personas adolescentes que me rodean, que crean, discuten y se hacen preguntas…
Los magos y brujas expertos saben que no es imprescindible una varita mágica para lanzar hechizos. Por si se nos olvida: tenemos manos, pies, corazón y, sobre todo, cerebro para que se cumplan estos deseos.
¡Feliz Navidad!
¿Y tú qué opinas? Deja tu comentario.