María Riega

Trabajo Social y Mediación Familiar

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Diversidad funcional. Recuerdos de mis campamentos (I)

28/02/2020 por María Riega Deja un comentario

Mi cuaderno de la colonia del 88… que se convirtió en diario en el campamento del 97…

Hablando con mi hija de campamentos y actividades con peques recordé este cuaderno. Es un cuaderno especial…Lo utilicé cuando era adolescente…

Yo era de esas personas que a un campamento se llevaban al menos un libro para leer algún rato (por si acaso, que una sin leer doce días no iba a aguantar) y cuaderno para tomar notas… Este que veis en la imagen volvió un poco estropeado y mojado un 28 de julio de 1988 en la mochila… En sus hojas había hasta apuntes de Análisis Transaccional adaptado para adolescentes… ¡cosas que pasaban en mis colonias de verano!

La vida siguió su curso… y aquella última colonia «de niña» dio paso a acampadas, a cursos de tiempo libre, como monitora, como coordinadora y a otros campamentos…

Son unos cuantos… pero como ayer en realidad, además de hablar de ello con Aroha, yo estaba reflexionando  y redactando algunas frases sobre discapacidad… me vino a la mente éste: el de 1997. 

Partes del diario de Teresa, que guiaron las aventuras del campamento del 97.

Quizá por ser «un poco amiga de Diógenes» (en cuanto a libros, cuadernos, agendas y diarios, se refiere),  la idea del campamento del 97 rescató este cuaderno… y cobró protagonismo, convirtiéndose en el diario de Teresa, una niña de 9 años que iba a pasar el verano a cada de sus abuelos.

Teresa era una niña que quería ser escritora… una niña que vivía aventuras en un pueblo donde, al principio, no quería ni estar. Duendes traviesos hacían de las suyas y su diario se trastocaba y generaba aventuras… Aparecían y desaparecían las letras, las hojas,…

Así, el diario formó parte de aquel guión de campamento en que un montón de niños y niñas de entre 6 y 12 años y un grupo de monitores nos lanzamos a vivir en unos días en casa de nuestra «tataratatarabuela» Teresa… porque, al final, resultaba que todos éramos descendientes de aquella niña escritora…(vaya si había trasfondo en la historia, incluso en el nombre del duende… CLAN)

Manchas de mermelada (el dulce favorito de Clan, el duende más trasto que os podáis imaginar); tinta mágica, hechizos que nos volvían los días del revés…

Tan especial como tantos recuerdos de campamentos, es ver las fotos de aquel… (Claro que las mejores no se pueden compartir…)

Y aquí se entrelazó la conversación de Aroha y los campamentos-aventura con mis proyectos y la discapacidad.

La casa de nuestra «tataratatarabuela» Teresa necesitaba adaptaciones…

Algunos de nuestros peques necesitaban para moverse sillas de ruedas y hubo que hacer obras para cuando fuera necesario entrar en casa, donde teníamos el ordenador…

Ese ordenador que a algunos niños les permitía comunicarse… Esa habilidad que los peques utilizaron para desentrañar algún misterio o las pistas de un gran juego, con sus programas de comunicación… Aún recuerdo las caras de grandes y pequeños cuando la magia de la tecnología permitía comunicarse a niños que no podían hablar…

Sería interesante poder hablar con la gente que aquellos días compartimos la experiencia… qué aprendimos, qué vivimos, qué es eso de las capacidades diferentes de las personas,… los más pequeños de entonces son ahora ya adultos, profesionales de diferentes campos… 

Cada vez me resulta más difícil encontrar un ámbito en el que la diversidad funcional no pueda brillar. Es posible en un campamento y en la vida diaria, en una empresa y en un colegio, en el cine, en el supermercado,… El camino es largo frente a la ignorancia y a las faltas de respeto y es cierto que cada vez se visibiliza más la diversidad… pero aún queda mucho por andar.

Ahora que estoy trabajando sobre ello y recordando cuantos momentos he pasado de mi vida con personas con situaciones y capacidades diferentes, sigo planteándome qué hago yo en mi día a día para que no haya barreras a mi alrededor en el trabajo o en el ocio… para que mis hijos no crezcan con la idea de que hay personas menos válidas que otras… (¡Me encanta escucharles hablar de capacidades diversas, de bullying, de empatía…! Algo estaremos haciendo bien…)

¿Y tú? ¿Cómo son tus experiencias cerca de gente que tiene «discapacidad»? ¿Cómo viven los niños en clase las dificultades y las capacidades de los demás? ¿Qué te cuentan? ¿Habláis en familia de ello?


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Publicado en: Trabajo Social Etiquetado como: diversidad funcional, educación, infancia, tiempo libre

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Este blog quiere ser un espacio de reflexión e intercambio sobre todos los temas que generan en mí inquietud: las necesidades de los niños y las personas, sea desde la óptica de la crianza y la educación, el Trabajo Social o la Mediación Familiar.

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